martes, 27 de agosto de 2024

Actitudes: claves para el éxito en finanzas personales

En una entrega anterior, comentamos que una buena parte de alcanzar nuestros objetivos financieros tiene que ver con la actitud que tomamos con respecto a cuatro grandes rubros de las Finanzas Personales: ingresos, gastos, ahorro, endeudamiento e inversión. Además hay que manejar otros elementos como los fondos de reserva para imprevistos, el uso de seguros, etc.

Y hablamos de dos de ellos: el establecimiento de nuestras metas y el riesgo que estamos dispuestos a asumir para alcanzarlas, en nuestras inversiones.

En este momento hablaremos de las otras dos: el crédito y la protección de nuestro patrimonio, que como sabemos son aspectos muy sensibles e importantes, que inciden de manera muy directa en nuestras posibilidades de lograr nuestras metas.

De manera muy sencilla, el crédito se puede definir como gastar dinero que aún no tenemos.

Esto, desde luego, implica un costo porque generalmente endeudarse implica pagar gastos financieros o intereses ya sea que lo declaren explícitamente o en forma implícita, ocultándolo en el precio final. A pesar de ello, gran parte de las personas asumen un nivel de endeudamiento tal, que pone en peligro su viabilidad financiera.

Algunos de los puntos que debemos tomar en cuenta para definir nuestra actitud respecto del crédito son los siguientes: Privilegiar ¿Por qué no pagarnos a nosotros mismos, en lugar de a nuestros acreedores? Es infinitamente mejor establecer planes de ahorro e inversión para el logro de nuestros objetivos, que pedir prestado, sobretodo en el caso de bienes que se deprecian rápidamente.

Corregir: "El crédito es un ahorro negativo". Es decir, en lugar de ahorrar dinero, invertirlo obteniendo un interés en favor y luego utilizarlo, gastarlo en nuestra meta, lo hacemos al revés.

Equilibrar: "Cuidar nuestro nivel de endeudamiento". algunos expertos advierten que el individuo debe tener un nivel de endeudamiento no mayor a 5% de sus activos, excluidos préstamos automotrices o hipotecarios.

Calcular: "Evitar deudas con tarjetas de crédito". Idealmente, no debemos incurrir en deudas con tarjeta de crédito. Considerar que una deuda de tarjeta de crédito es un gasto de meses siguientes.

Por el contrario, éstas deben ser utilizadas como un medio de pago y de financiamiento gratuito, al cubrir el saldo total en cada corte para no generar intereses.

Limitar Cuidar la carga de nuestras deudas. Si tenemos un crédito automotriz, el pago mensual de todas nuestras deudas (incluidas tarjetas) no debe exceder de 15% de nuestros ingresos mensuales.

Si tenemos un crédito hipotecario, entonces el pago de todas nuestras deudas (incluidas tarjetas) no debe ser mayor a 25% de nuestros ingresos mensuales.

Estos porcentajes no son una ley que hay que respetar sino más bien son lineamientos generales dados por la experiencia de personas que manejan criteriosamente sus finanzas. Obviamente dependerá de los ingresos de cada persona y estos criterios deben manejarse como un traje a medida de las circunstancias. Además, todos estamos sujetos a diversos riesgos que pueden afectar seriamente nuestro patrimonio y el de nuestra familia.

Aunque no los podemos controlar, sí podemos prevenir riesgos comprando protección en una compañía de seguros.

Antes de hacerlo, es importante tener en cuenta las siguientes consideraciones: Primero la vida Nuestro activo más importante es nuestra vida y nuestra capacidad de trabajar.

En países desarrollados, el seguro de vida e invalidez se considera fundamental. Sin embargo, la suma asegurada que generalmente se puede contratar no alcanza para vivir toda la vida, únicamente para buscar una fuente alternativa de ingresos, que nuestro cónyuge o hijos se preparen bien y encuentren un trabajo, por ejemplo.

Las personas cuyo nivel de ingresos les permite tener acceso a médicos y hospitales privados, deben adquirir un seguro de gastos médicos mayores.

Esto se debe a que en caso de un problema delicado, que requiera de cirugía y/o hospitalización prolongada, los costos suelen elevarse demasiado y acabar con todo el patrimonio que con tanto esfuerzo hemos logrado construir.

Lo material importa En México casi nadie asegura su hogar, que es un activo sumamente valioso.

Además, el costo del seguro es relativamente bajo en muchos casos menor a lo que cuesta asegurar un automóvil.

De hecho, mucha gente tampoco asegura sus coches, sobretodo cuando se adquieren de segunda mano. En ambos casos, es indispensable contratar, por lo menos, la cobertura de daños a terceros, de Responsabilidad Civil

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